de la vida muchas veces suele traernos momentos en los que la soledad nos
agobia y nos llena de desesperación, haciéndonos creer que no merecemos ser
amados o peor aún, que “no nacimos para el amor”, ¿qué hacer entonces?
verdadero y sincero.
estar solos…
sociedad suele ver con “malos ojos” a una persona que permanece soltera por
mucho tiempo: los señalamientos no se hacen esperar y los prejuicios comienzan
a crear un ambiente pesado que nos llena de presiones. Por otra parte, nuestro
corazón nos pide a gritos una pareja, queremos recibir una gotita de amor de
alguien al cual darle un abrazo, besarle, decirle unas bellas palabras o
simplemente sentirle a nuestro lado. La presión es tanta… Tantos son los deseos
sin cumplir y los anhelos de ser diferentes que terminamos por arrinconarnos al
borde del abismo de la locura.
enamoremos de “lo primero” que aparezca
pesar del caos, antes de caer al abismo, siempre llega una vocecita
que
suavemente nos susurra al oído del alma un “debes esperar”, que nos llena de
dudas pero también de paz al saber que aún guardamos esperanza en nuestro
corazón. Y nos encaminamos en esa espera, el problema es que las presiones
continúan y nosotros nos sentimos solos… ¿Pero saben una cosa? Si le damos
mayor importancia a nuestras necesidades, terminaremos por arrojarnos a los
brazos del primer haragán que nos sonría y nos de unas minúsculas muestras de
cariño, ¡Cuán grande será nuestro sufrimiento si iniciamos una relación de
pareja por necesidad y no por amor!
¡Cuán grande puede ser la desdicha al descubrir que aquel bello ser sólo era
una apariencia! ¡Cuán amargas pueden ser las lágrimas cuando los besos ya no
son los mismos! ¡Cuán decepcionante es sabernos “víctimas de nuestro propio
invento!
esperar con paciencia y amor
un verdadero amor, uno que nos haga temblar con su voz y nos estremezca con
solo traerle a nuestro pensamiento, no podemos seguir actuando con los
condicionantes de nuestras necesidades afectivas, puesto que sólo conseguiremos
pérdidas y miserias. De ante mano, ello es una clara muestra de que primero
debemos lidiar con nosotros mismos para poder estar con otra persona, es decir,
primero debemos aprender a vivir en soledad para apreciar de manera adecuada la
compañía. Si deseamos tener un verdadero amor, debemos esperar con paciencia y
fe, ya que cada cosa en la vida tiene su momento exacto, no un antes ni un
después, sólo un momento exacto.
mejor!
hay muchas baratijas, no nos quedemos con ellas por miedo a la soledad o al
“qué dirán”. Nosotros merecemos lo mejor, actuemos de acuerdo a ello y elijamos
quedarnos con el más precioso de los tesoros de este cielo: un amor verdadero
que nos ilumine cada vez que le miremos a los ojos al saber que todo es
realidad y no existen velos ni apariencias, sólo amor sincero. Así las esperas
sean largas, recuérdalo siempre, ¡Tú naciste para el amor!