DACTILOMANCIA: Adivinación que se hacia teniendo un anillo mágico suspendido por un hilo sobre una mesa redonda.

En los bordes de la mesa, estaban escritas las letras del alfabeto, ahora bien, cuando el anillo empezaba a oscilar, señalaba ciertas letras, las cuales unidas después, componí­an uno mas nombres que serví­an para dar una contestación a las preguntas formuladas.
DAFNOMANCIA: Adivinación por medio del laurel, se practicaba de dos formas diferentes:
La primera: Se echaba al fuego un ramo de laurel, si al quemarse hacia ruido era un buen presagio y malo cuando ardí­a sin hacerlo.
La segunda: Consistí­a en mascar un poco de laurel antes de dar la respuesta con el objeto de que Apolo, a quien estaba consagrado aquel árbol, le inspirase, este ultimo medio era el que utilizaban las pitonisas, las sibilas y los sacerdotes de Apolo, a los que se les llamaba DAFNEFAGOS, es decir comedores de laurel.
DEMONOMANCIA: Adivinación por medio de los demonios, tiene lugar por los oráculos que dan y por las respuestas que hacen a los que los evocan.
ENCROMANCIA: Es la ciencia que se realiza con tinta. Cuando se produce una mancha de tinta sobre un papel, conviene doblarlo de manera tal que la lí­nea imaginaria que lo divide atraviese la superficie de la mancha imprevista. Se doblara el papel apretando con el puño la zona manchada y luego se desdoblara. Al abrir el papel la mancha será mayor y marcara una figura. Siempre la capacidad del receptor va a evidenciar el significado y dará la lectura
EROMANCIA: Es una de las 6 formas de adivinaciones practicadas por los persas y su medio era el aire. Se envolví­an la cabeza con una servilleta, exponí­an al aire un baso lleno de agua y procedí­an en voz baja con sus votos y si el agua llegaba a levantar algunas burbujas eran un pronostico feliz, sus deseos se cumplirí­an.
ESCIAMANCIA: Adivinación que consiste en evocar la sombra de los muertos para conocer de ellos el futuro, se diferenciaba de la NIGROMANCIA y de la PISCOMANCIA, en que no era ni el alma ni el cuerpo del muerto quienes aparecí­an sino solo su imagen.
ESP: es la facultad de recibir o transmitir información por medios distintos a los conocidos, como, por ejemplo, la telepatí­a, la teleaudiencia, la clarividencia, etc.
ESPODOMANCIA: Adivinación que se practicaban entre los antiguos por medio de las cenizas de los sacrificios.
En Alemania quedan algunos vestigios, se escribe al anochecer con la punta del dedo sobre las cenizas lo que quieren saber, y al dí­a siguiente examinan los caracteres que han quedado aun legibles y de ellos sacan respuestas, algunas veces el diablo se encargaba de ir a escribir la respuesta.
ESTERNOMANCIA: adivinación por el vientre, se sabí­an las hechos futuros cuando se obligaba a un demonio o a un espí­ritu a hablar a través del vientre o del cuerpo de un poseí­do.
ESTOLISOMANCIA: Adivinación que se sacaba por el modo de vestirse, a Augusto se le presagió una sedición militar la mañana antes de suceder, porque su criado le vio la sandalia izquierda atada de otro modo de como se debí­a atar.
ESTOIQUEMANCIA: Adivinación que se practicaba abriendo los libros de Homero o de Virgilio y sacando un oráculo del primer verso que se presentaba.
FILORODOMANCIA: Adivinación por medio de las hojas de una rosa, los griegos hací­an chasquear en la mano una hoja de rosa por sus resultados, juzgaban el éxito de sus amores
GASTROMANCIA: Especie de adivinación que se practicaba encendiendo muchas velas, que se poní­an detrás de vasos de agua, el que pretendí­a valerse de esta adivinación hacia observar la superficie de los vasos, a un niño o a una mujer joven que estuviese en cinta, los cuales daban las contestaciones según lo que creí­an observar dentro del vasos, por medio de la refracción de la luz.
Otra especia de GASTROMANCIA era la que se practicaba por medio del Adivino que contestaba sin mover los labios y se oí­a una voz aérea.
El nombre de esta adivinación es: Adivinación por el Estomago, de modo que el que la ejerce debe necesariamente se ventrí­locuo, enciendes cirios, alrededor de algunos cazos llenos de agua limpia y luego se agita esta, invocando al espí­ritu que no tarda en contestar con voz hueca en el estomago del brujo que hace esta operación.
GEOMANCIA: Adivinación por la tierra, consiste en arrojar un puñado de polvo en el suelo o encima de una mesa para observar los sucesos futuros por las lí­neas y figuras que aparecí­an.
Otra práctica era, trazando en la tierra lí­neas o cí­rculos sobre los que se creí­an poder adivinar lo que se anhelaba, dependiendo de las figuras que salí­an, así­ profetizaban.
HIPOMANCIA: Adivinación que utilizaban los Celtas, los cuales sacaban sus pronósticos de los relinchos y movimiento de unos caballos blancos criados con todo esmero y veneración a expensas del pueblo.
En unos bosques sagrados, se alimentaban los caballos en el templo de los dioses, y los hací­an salir antes de declarar la guerra a sus enemigos, cuando el caballo empezaba a andar con la pata derecha era favorable, cuando lo hací­a con la izquierda, era mal agí¼ero y renunciaban a la batalla.
HIDROMANCIA: Arte de predecir el porvenir por medio del agua, esta adivinación es debida a las personas.
Primera: Cuando a consecuencia de las invocaciones u otras ceremonias mágicas, aparece sobre el agua los nombres de algunas personas o cosas que se deseaba conocer, escritos al revés.
Segunda: Se serví­a de un vaso lleno de agua y de un hilo del cual estaba suspendido un anillo que golpeaba cierto número de veces el vaso.
Tercera: Echaban sucesivamente y a cortos intervalos 3 piedrecillas en el agua limpia y tranquila y de los cí­rculos que se formaban en su superficie como de su intermitencia deducí­an presagios.
Cuarta: Examinabas atentamente los movimientos y la agitación de las olas del mar, se sacaban los presagios del color del agua y de las figuras que se creí­an ver en ellas.
Sexta: También por una especia de hidromancia los antiguos germanos aclaraban sus sospechas concernientes a la fidelidad de sus mujeres, arrojaban al RHIN, a los hijos que parí­an, si sobrenadaban los tení­an por legí­timos, si se iban al fondo por bastados.
Séptima: Llenabas un cazo de agua y después de haber pronunciado encima ciertas palabras, herví­an el agua y se salí­an las palabras por los bordes.
Octava: Poní­an agua en un jarrón de vidrio o cristal añadí­an una gota de aceite y veí­an en aquélla agua, como en un espejo aquello que deseaban instruirse.
Novena: Las mujeres germanas practicaban otra especie de hidromancia, examinaban los rí­os en los golfos y torbellinos que se formaban para poder adivinar el porvenir.
KEFALONOMANCIA: Adivinación que se practicaba haciendo varias ceremonias sobre la cabeza de un asno, era muy familiar entre los Germanos y los Lombardos, posteriormente, sustituyeron al asno por una cabra, las practicas se hací­an poniendo la cabeza de un asno, sobre carbones encendidos y recitando las plegarias, pronunciaban los nombres de aquellos de quienes sospechaban que habí­an cometido algún delito y observando el momento en que las mandí­bulas del animal se chocaban, el nombre pronunciado en aquel instante, designaba el culpable.
ICTIOMANCIA: Adivinación antiquí­sima que se practicaba por medio de las entrañas de los pescados.
Refiere Plinio que en Mina y en Lisia, se tocaba la flauta con tres intervalos para aproximar a los peces a la fuente de Apolo, llamada Cirius, añade que los peces nunca se aproximaban, pero los cuales si comí­an inmediatamente la carne que se les echaban eran un feliz agí¼ero, si la rehusaban lo contrario.
LAMPADOMANCIA: Adivinación por medio de la forma color y oscilación de la luz de una lámpara.
LIBANOMANCIA: Adivinación por medio del incienso, se cogí­a el incienso después de hacer las suplicas relativas a lo que se pretendí­a, se echaba el incienso en el fuego, a fin de que su humo elevase las plegarias hasta el cielo:
Si el incienso se consumí­a o daba una llama viva, la plegaria era escuchada, pero si ocurrí­a lo contrario si el incienso huí­a del fuego y tardaba en humear, no.
Este oráculo serví­a para predecir todo, menos las cosas relativas al matrimonio y la muerte
LIGNOMANCIA: Adivinación por medio de la llama de una lámpara, cuando una chispa salta del pabilo, se espera una noticia venida de la parte hacia donde fue la chispa.
LITOMANCIA: Adivinación por medio de las piedras, consistí­a en hacer chocar muchas piedras, unos choques más o menos agudos, anunciaban la voluntad de los dioses.
LECANOMANCIA: Especie de adivinación que se hacia por medio de unas piedras preciosas y unas láminas de oro y plata, en las cuales se habí­an grabado una serie de caracteres, luego se poní­an en el fondo de un vaso lleno de agua y se practicaba sobre él las supersticiones.

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