rio y desierto Habí­a una vez un rí­o que, después de un largo recorrido, llegó a las orillas del desierto ardiente. En vano quiso atravesarlo porque, cada vez que lo intentaba, la arena le absorbí­a el agua.
— ¿Qué puedo hacer? — se lamentó el rí­o en alta voz.
— Puesto que el viento atraviesa el desierto — le contestó una voz misteriosa que provení­a de las arenas rojizas-, tú también puedes hacerlo.
— Pero, ¿cómo voy a poder? — preguntó el rí­o sorprendido —. El viento no tiene más que volar, en cambio yo…
— Déjate absorber por el viento — respondió la voz —. El te llevará más allá de las arenas.
Entonces, el rí­o se abandonó en brazos del viento, que lo convirtió en nubes. Luego, el viento empujó las nubes a través de las arenas y lo dejó caer en forma de lluvia sobre unas montañas que habí­a del otro lado. Así­, el rí­o pudo atravesar el desierto, tal como le habí­a dicho la voz.

Cuento de la tradición sufí­

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