CAFEOMANCIA La cafeomancia es un arte adivinatoria cuyo origen es muy anterior a la de la aparición del café en la civilización occidental. El poso del café, así­ como la bola de cristal, son clichés que se emplean a menudo cuando se quiere ilustrar la adivinación o la videncia. En general, estos métodos no se toman en serio. ¿Cómo es posible que cl futuro de cada uno de nosotros aparezca escrito y sea legible en una bola de cristal o en fondo de una taza de café?Así­ que, los escépticos o los racionalistas escogen estos ejemplos para justificar su aversión hacia la ciencia de los presagios, que, te recordamos, es la base de todas las observaciones cientí­ficas actuales.

Historia de la cafeomancia

Al principio, se trataba seguramente de “té-mancia”, aunque tal palabra no exista. Efectivamente, en Asia, en China y sobre todo en Japón, se empleaban hojas de té para descubrir los presagios en el fondo de las tazas. Se utilizaba este método bien levantando la tapa de la tetera y observando la posición de las hojas de té que flotaban en la superficie del agua -cuando ésta estaba inmóvil, por supuesto-, bien observando la disposición de las hojas pegadas en el fondo de la taza, una vez se habí­a bebido o vertido. Según un método idéntico, los adivinos romanos leí­an el poso del vino, es decir, los depósitos que dejaba el vino en el fondo de las vasijas. Es probable que este tipo de adivinación se empleara también en muchos otros pueblos de todas las latitudes.
En efecto, es un arte adivinatoria que se basa en la fijación de ciertos elementos naturales en un orden o una armoní­a imprevisibles, constituyendo así­ formas y figuras que tuvieron, poco a poco, significados simbólicos, los cuales podí­an atribuirse a signos o de los que se podí­an deducir presagios. Señalemos de paso que es el mismo principio que utilizaban los chinos; tirando el tallo de la aquilea en el I Ching, imitando así­ a la naturaleza. También es el origen del juego de dados y de todos los juegos llamados de azar.
Al jugar, imitamos a la naturaleza.Ahora bien, sabernos que la naturaleza es un gran libro de presagios. Aquí­, entramos de lleno en los mismos fundamentos en que se basa la teorí­a de la fí­sica moderna, llamada Teorí­a del Caos, según la cual existe también un orden, una estructura armónica intrí­nseca y matemática en los desordenes de la materia y, podrí­amos decir, en lo imprevisible.

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