Hemos escuchado en algún momento acerca de las supersticiones; muchas de nosotras somos precavidas de algunas de ellas, pero ¿sabemos realmente cuáles fueron sus origenes? Comentemos las supersticiones más comunes para saber cómo reaccionar si se dan en algún momento.
- El gato negro:
Los gatos han sido un animales venerados por los egipcios, porque eran considerados la reencarnación de los dioses. También han sido odiados y perseguidos por la Inquisición en la edad media, llegando a llevarlos a la hoguera, ya que las brujas en ese tiempo los tenían como animal de compañía; esta relación hizo que a los gatos se les considerara criaturas diabólicas o cuerpos metamórficos de las brujas.
La dualidad tanto demoniaca como de divinidad de los gatos dio lugar a las supersticiones de que podían dar buena como mala suerte, dependiendo de las circunstancias o del lugar en que naciesen.
La mala fama de los gatos negros te acechará si te cruzas con alguno de ellos, porque te darán mala suerte. Aunque existe la creencia de que si un gato negro se te acerca te traerá buena suerte pero si se aleja de ti pasará todo lo contrario.
- Pasar por debajo de las escaleras:
La mala suerte de pasar por debajo de las escaleras tiene origen por una connotación religiosa. Al apoyar una escalera a la pared, se forma un triángulo y la gente lo identificó como símbolo de la Santisima Trinidad, prohibiendo pasar por este triángulo que se formaba.
Otra creencia es que este mismo triángulo se formó cuando iban a bajar a Jesús de la cruz; se decía que en este triángulo habitaban el diablo y la maldad, y pisarlo era como entrar a ese espacio.
- Romper el espejo:
Todo el mundo ha escuchado que romper un espejo equivale a 7 años de mala suerte. La superstición de romper un espejo viene desde los griegos; ellos decían que en el espejo no solo se reflejaba nuestro físico sino nuestra alma, y al romperlo estamos atentando contra nosotros.
La Cristalomancia o el arte de adivinación por medio de un espejo fueron prácticas prohibidas por la iglesia, ya que se creía que los demonios encontraban refugio dentro de los espejos.