(L. de Grandmaison)
Poderosa y milagrosa Santa María,
Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una
fuente.
Madre de Dios, consérvame un corazón de niño, puro y cristalino como una
fuente.
Dame un corazón sencillo que no saboree las tristezas; un corazón
grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que
no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal.
grande para entregarse, tierno en la compasión; un corazón fiel y generoso que
no olvide ningún bien ni guarde rencor por ningún mal.
Fórmame un corazón manso
y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante
tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se
cierre, que con ninguna indiferencia se canse.
y humilde, amante sin pedir retorno, gozoso al desaparecer en otro corazón ante
tu divino Hijo; un corazón grande e indomable que con ninguna ingratitud se
cierre, que con ninguna indiferencia se canse.
un corazón atormentado por la
gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el
cielo. Por la gracias de nuestro padre celestial ruego para que me den ese
milagro de un empleo pido en su Nombre Amen.
gloria de Jesucristo, herido de su amor, con herida que sólo se cure en el
cielo. Por la gracias de nuestro padre celestial ruego para que me den ese
milagro de un empleo pido en su Nombre Amen.