Poderoso Señor, ayúdame a ser un
cristiano tan consciente,
cristiano tan consciente,
que me dé cuenta de mis propias
limitaciones;
limitaciones;
tan valiente, que no me hunda
ante las inevitables dificultades
de la vida;
de la vida;
Y tan humilde que llegue a
descubrir que sin Ti
descubrir que sin Ti
nunca sabré llevar mi cruz de
cada día
cada día
Haz, Señor, que cuando me llegue
el dolor o la prueba,
el dolor o la prueba,
no la mire nunca como un castigo
que Tú me envías,
que Tú me envías,
sino como una oportunidad que me
brindas
brindas
de poderte demostrar que mi amor
es serio
es serio
y que soy consecuente con la fe
que profeso.
que profeso.
Que el dolor, Señor, me haga cada
vez más maduro
vez más maduro
como persona y como cristiano;
que me haga más comprensivo con
los demás;
los demás;
que me haga más amable, más
tierno, más humano
tierno, más humano
que cuando el dolor llegue a mi
puerta,
puerta,
lejos de hacerme el mártir.
o de tomar actitudes de víctima
propiciatoria,
propiciatoria,
sepa repartir paz y alegría
en medio de los que me rodean.
Por la señal de la santa Cruz
Amen.
Amen.