Ver un tren significa que pronto hará un viaje. Si va en un tren que se desplaza sin traqueteos, llevará a cabo sus planes y sus esperanzas se cumplirán.
En primer lugar, la red de ferrocarriles es como una imagen simbólica del ritmo impersonal e inflexible del destino que se impone por encima de las circunstancias personales y autónomas, como la voluntad y los problemas personales; es como una demostración gráfica de que el interés general o genérico predomina siempre sobre los intereses particulares.
Es precisamente por ello que el tren es una imagen de la vida colectiva, del destino que nos arrastra, o de una evolución psíquica y espiritual que debemos emprender en una dirección, buena o mala, que quizás es una de las pocas cosas en las que somos libres de escoger.
Llegar con retraso a la estación y perder el tren, desde el punto de vista espiritual este sueño también puede indicar que nuestra evolución se puede ver retardada o detenida a causa de nuestros complejos, de nuestras fijaciones inconscientes, de nuestro apego a lo material en todos los conceptos.
La misma ESTACIí“N también la hemos analizado, y lo curioso es que en los sueños casi siempre la soñamos como estación de partida y casi nunca de llegada, y es que también en la vida real es más fácil saber dónde estamos que adonde llegaremos.
La locomotora tanto puede significar al Yo consciente que dirige nuestra evolución, ya sea en bien o en mal, como el destino impersonal que nos arrastra.
El boleto del tren visto en sueños nos recuerda que en esta vida para poder recibir antes hay que dar; que no es posible evolucionar sin sacrificio ni progresar materialmente sin nuestro esfuerzo personal. Pero, además, cada billete lleva impreso la clase de vagón al que nos corresponde subir, por lo que cuando nos vemos en una clase que no es la que indica el billete, el sueño nos está diciendo si estamos sobrevalorando nuestras verdaderas capa-cidades y posibilidades, o si por el contrario las infravaloramos.
Sólo nos resta añadir que las circunstancias del viaje también contribuyen a aclarar el desarrollo de los acontecimientos. Así, si el tren descarrila, tanto puede tratarse del fracaso en nuestro proceso material o espiritual como indicar la existencia de alguna neurosis, de algún complejo psíquico que deberíamos someter cuanto antes o un tratamiento adecuado.
Sí el tren nos atropella es que existe el peligro de perder una parte de nuestras posesiones o de nuestra personalidad; y en el peor de los casos, el fracaso total.
Tomar el tren: cambio de su manera de vivir. Usted deberá planificar y organizar su existencia de modo diferente al actual.
Viajar en un tren: sus asuntos evolucionarán de modo tal que le permitirán dar por concluidas sus gestiones. Se sentirá gratificado con una situación honrosa y ventajosa. Los litigios se zanjarán de manera conveniente. Suerte y éxito.
Detenido: estancamiento de sus empresas. Retrasos. Trabas de distinto tipo. Decepción. Preocupaciones.
Un tren del que usted desciende: se ha alcanzado la meta fijada. Debe considerar otras formas de vida.
Un tren que descarrila: mala suerte. Desgracia. En este tipo de sueño, todos los elementos deben ser observados y analizados minuciosamente: las circunstancias del viaje, el lugar de partida, el nombre de la estación, las personas vistas, los equipajes, la luminosidad, los diferentes colores, etc. Toda esa información le resultará útil para conocer la premonición.