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La mujer-esposa-madre-trabajadora en casa a tiempo completo
NUNCA pasará de moda, y aunque son cada vez menos, es un orgullo y un
privilegio del cual, afortunadamente, he podido gozar durante años
NUNCA pasará de moda, y aunque son cada vez menos, es un orgullo y un
privilegio del cual, afortunadamente, he podido gozar durante años
Por: Remedios Falaguera Fuente: Catholic.net
“La tarea específica de las mujeres en épocas de cambio es
procurar que no sean olvidados los componentes naturales de la sociedad: los
seres humanos.”(1)
procurar que no sean olvidados los componentes naturales de la sociedad: los
seres humanos.”(1)
En esto de la mujer-esposa-madre-trabajadora (dentro o/y
fuera de casa) no es todo blanco o negro; hay un sinfín de matices grises,
tantos como mujeres y circunstancias. Ya lo decía Ortega y Gasset en aquella
famosa expresión: «Yo soy yo y mi circunstancia (familiar, culturar, empleo,
vivienda, movilidad geográfica, habilidades intelectuales, momento histórico,
ambiente, cualidades, defectos…), y si no la salvo a ella no me salvo yo»
fuera de casa) no es todo blanco o negro; hay un sinfín de matices grises,
tantos como mujeres y circunstancias. Ya lo decía Ortega y Gasset en aquella
famosa expresión: «Yo soy yo y mi circunstancia (familiar, culturar, empleo,
vivienda, movilidad geográfica, habilidades intelectuales, momento histórico,
ambiente, cualidades, defectos…), y si no la salvo a ella no me salvo yo»
De ahí que no podemos, me parecería una osadía por nuestra
parte, comparar a una con otra, juzgar, y mucho menos, imponer nuestro criterio
sin tener el corazón y la mente abierta. Sí, sí, han oído bien, un corazón muy
abierto, muy grande y muy generoso. Puesto que muchas veces las cosas no son
como las percibimos.
parte, comparar a una con otra, juzgar, y mucho menos, imponer nuestro criterio
sin tener el corazón y la mente abierta. Sí, sí, han oído bien, un corazón muy
abierto, muy grande y muy generoso. Puesto que muchas veces las cosas no son
como las percibimos.
En estos tiempos que corren el modelo de
mujer-esposa-madre-trabajadora ha cambiado. Es más, podríamos decir que ha
supuesto una verdadera revolución que reclama cambios estructurales en las
instituciones políticas, económicas, culturales y sociales. “La sociedad está
hecha por seres humanos que nacen, se educan y aprenden el arte de la
humanidad, del trabajo y de fraternidad, en la familia natural, formada por un
hombre y una mujer que se esfuerzan por amarse y tienen a sus hijos como
prioridad en sus vidas. Por ello está revolución dejará en pie a las sociedades
que legislen primando el valor del ser humano, especialmente de aquellos más
necesitados; que promuevan y apoyen la familia natural donde los padres puedan
libremente y sin angustias económicas, elegir el número de hijos, y ofrecerles
el cuidado que necesita su educación; la sociedad que vuelva a valorar la
maternidad femenina como uno de los hechos que más realiza a la mujer, como
nunca lo hará la adquisición de un bien económico”.(2)
mujer-esposa-madre-trabajadora ha cambiado. Es más, podríamos decir que ha
supuesto una verdadera revolución que reclama cambios estructurales en las
instituciones políticas, económicas, culturales y sociales. “La sociedad está
hecha por seres humanos que nacen, se educan y aprenden el arte de la
humanidad, del trabajo y de fraternidad, en la familia natural, formada por un
hombre y una mujer que se esfuerzan por amarse y tienen a sus hijos como
prioridad en sus vidas. Por ello está revolución dejará en pie a las sociedades
que legislen primando el valor del ser humano, especialmente de aquellos más
necesitados; que promuevan y apoyen la familia natural donde los padres puedan
libremente y sin angustias económicas, elegir el número de hijos, y ofrecerles
el cuidado que necesita su educación; la sociedad que vuelva a valorar la
maternidad femenina como uno de los hechos que más realiza a la mujer, como
nunca lo hará la adquisición de un bien económico”.(2)
“En lugar de preguntar “¿Cómo encaja la maternidad en mi
vida?” debemos animar a nuestras hijas a preguntar: “¿Cómo ajustar mi vida a la
maternidad? Aspirar a tener una familia es un objetivo que debe ser exaltado,
no censurado.»(3)
vida?” debemos animar a nuestras hijas a preguntar: “¿Cómo ajustar mi vida a la
maternidad? Aspirar a tener una familia es un objetivo que debe ser exaltado,
no censurado.»(3)
Y para ello, todos, mujeres y hombres, tenemos un gran
desafío por delante: un análisis profundo de lo que significa ser mujer (la
grandeza de la dignidad y su maternidad), y como no, su aportación indiscutible
en el ámbito familiar, laboral y social. Una mujer como igual pero diferente,
distinta pero complementaria al hombre. Una mujer que se sabe portadora de un
privilegio – su maternidad- del que la humanidad sale beneficiada, y por ello,
le corresponde unos derechos, como muy bien señala J.Haaland Matláry.
desafío por delante: un análisis profundo de lo que significa ser mujer (la
grandeza de la dignidad y su maternidad), y como no, su aportación indiscutible
en el ámbito familiar, laboral y social. Una mujer como igual pero diferente,
distinta pero complementaria al hombre. Una mujer que se sabe portadora de un
privilegio – su maternidad- del que la humanidad sale beneficiada, y por ello,
le corresponde unos derechos, como muy bien señala J.Haaland Matláry.
(4): El derecho de tener el apoyo de la sociedad, el derecho
a la no interferencia en la vida reproductiva, el derecho a una vida laboral
sin discriminaciones, y el derecho a educar a los propios hijos.
a la no interferencia en la vida reproductiva, el derecho a una vida laboral
sin discriminaciones, y el derecho a educar a los propios hijos.