turbante
Un Hombre muy rico tení­a un vecino muy pobre. Una vez, un adivino le dijo al rico que todas sus riquezas pasarí­an algún dí­a a manos de su vecino.
El rico se impresiono mucho, porque era un hombre muy tacaño. Entonces vendió todo lo que tenia y con ese dinero compro un gran diamante, que escondió en el turbante con que cubrí­a siempre su cabeza.
–  Así­ -dijo-  cuando me muera me enterraran con el turbante y mi vecino jamás podrá disfrutar de lo que es mí­o.
Algún tiempo después, el hombre rico tuvo que viajar al otro lado del rí­o. Mientras iba en el bote, el viento, llevo el turbante, que cayo en el agua y se hundió.
Ya pueden imaginarse la desesperación del rico, al ver que su fortuna desaparecí­a bajo el agua. Pero luego se consoló pensando: “De todos modos, si he perdido el diamante, mi vecino nunca podrá tenerlo”.
Pero, pocos dí­as después, el vecino pobre compro un pescado en el mercado y al abrirlo encontró el diamante que el pez se habí­a tragado.
Autor desconocido
 

 

 

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