Sábado 7 de Marzo
A pesar de tener la seguridad de que la muerte supone tan solo un cambio, una liberación, no reprimo mis sentimientos y si es necesario lloro, sin que me tenga que avergonzar por ello, pues se que las lagrimas son una buena terapia para desahogar mis sentimientos que nunca deben ser reprimidos, dado que a la larga puede traerme consecuencias negativas, como, por ejemplo, la ira, la rabia o el resentimiento de haber perdido a un ser querido.