seneca El que recibe lo que no puede pagar, engaña.    
El que tiene mucho desea más, lo cual demuestra que no tiene bastante; pero el que tiene bastante ha llegado a un punto al que el rico no llega jamás.    
Es mejor aprender cosas inútiles que no aprender nada.    
Grandes riquezas, gran esclavitud.    
La avaricia arrebata a los demás lo que se niega a sí­ misma.       
La avaricia es como la llama, cuya violencia aumenta en proporción al incendio que la produce.    
La buena suerte libra a muchos del castigo, pero a nadie libra del miedo.    
La recompensa de una buena acción es haberla hecho.    
La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada.    
Largo es el camino de la enseñanza por medio de teorí­as; breve y eficaz por medio de ejemplos.    
Lo bueno es aquello en cuya posesión el apetito descansa, y lo bello, en cambio, aquello cuya contemplación agrada.    
Lo que de raí­z se aprende nunca del todo se olvida.    
Los brazos de la fortuna no son largos. Suelen apoyarse en quien más se acerca a ella.    
Los débiles sucumben, no por débiles, sino por ignorar que lo son. Lo mismo sucede a las naciones.    
Los deseos de nuestra vida forman una cadena cuyos eslabones son las esperanzas.    
Los elementos de la dicha son: una buena conciencia, la honradez en los proyectos y rectitud en las acciones.    
Nadie se cree culpable si es él su mismo juez.    
No aprendemos gracias a la escuela sino gracias a la vida.        
No hay más calma que la engendrada por la razón.    
No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.    
Nunca hizo rico al hombre el dinero, porque solamente le sirve para aumentar su codicia.    
Para hacer callar a otro comienza por callarte tú.    
Pesado sueño tiene el que no siente cuán mal duerme.    
Prefiero molestar con la verdad que complacer con adulaciones.    
Si eres hombre, alza tus ojos para admirar a los que han emprendido cosas grandes aunque hayan fracasado.    
Si quieres hacer feliz a un hombre, no le añadas bienes sino réstale deseos.    
Si quieres vivir feliz, no te importe que te crean tonto.    
Siempre es peor al dí­a siguiente.    
Toda la armoní­a total de este mundo está formada por discordancias.    
Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste.    
Una era construye ciudades. Una hora las destruye.    
Una gran fortuna es una gran servidumbre.    
Vivir es luchar.

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